Tratamientos eficaces para el sobrepeso y la obesidad: lo que debes saber según la OMS
La obesidad es una enfermedad crónica con graves riesgos para la salud. Conoce qué la provoca, cómo se diagnostica y los tratamientos recomendados —desde cambios en la alimentación y el estilo de vida, hasta apoyo psicológico y opciones médicas— para prevenir y controlar esta condición.
La obesidad: una enfermedad que exige atención urgente
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que la obesidad es hoy una epidemia global: más de 2.000 millones de personas adultas viven con sobrepeso u obesidad en el mundo, y el problema sigue en aumento.
En la región europea, el 59 % de los adultos tienen exceso de peso, según datos recientes, y países como España ya se encuentran entre los más afectados.
El exceso de peso no es solo una cuestión estética: se trata de una enfermedad crónica e inflamatoria, estrechamente vinculada a enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión y ciertos tipos de cáncer, que están entre las principales causas de mortalidad en el planeta.
¿Qué es el sobrepeso y la obesidad?
La OMS define el sobrepeso como un Índice de Masa Corporal (IMC) ≥ 25 kg/m² y la obesidad como un IMC ≥ 30 kg/m².
El IMC es una herramienta que relaciona el peso con la estatura, pero no debe ser el único indicador: los profesionales de la nutrición también evalúan el porcentaje de grasa corporal, hábitos alimentarios, historial clínico, nivel de actividad física y la complexión del paciente para realizar un diagnóstico completo.
En el caso de niños y adolescentes, se utilizan curvas de crecimiento y percentiles de talla y peso, además de los hábitos de alimentación y actividad física, para detectar tempranamente el riesgo de sobrepeso.
Por qué es importante tratar la obesidad
La obesidad se considera una enfermedad inflamatoria crónica, porque el exceso de grasa corporal —sobre todo la grasa visceral— genera procesos inflamatorios que afectan órganos vitales y elevan el riesgo de enfermedades graves, tales como:
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Enfermedades cardiovasculares: hipertensión, insuficiencia cardíaca, aterosclerosis.
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Diabetes tipo 2: resistencia a la insulina y alteraciones metabólicas.
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Cánceres asociados al exceso de peso, como el de colon, mama y endometrio.
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Trastornos respiratorios como apnea del sueño.
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Problemas osteoarticulares, hepáticos y renales.
A todo esto se suman las consecuencias emocionales y sociales, como depresión, ansiedad y estigmatización, que pueden empeorar el cuadro clínico.
Tratamientos recomendados para el sobrepeso y la obesidad
Los especialistas coinciden en que no existe una solución única o milagrosa. El tratamiento debe ser integral, personalizado y supervisado por profesionales de la salud.
1. Cambios nutricionales
El pilar principal es adoptar una alimentación equilibrada y sostenible en el tiempo, que permita lograr un déficit calórico moderado según las necesidades energéticas y el estado de salud de cada persona.
Claves de una pauta nutricional saludable:
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Priorizar frutas y verduras frescas y de estación.
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Incorporar legumbres y cereales integrales.
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Consumir proteínas de calidad: pescados, carnes magras, huevos, lácteos bajos en grasa.
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Elegir grasas saludables (aceite de oliva, frutos secos, semillas).
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Evitar productos ultraprocesados, bebidas azucaradas y exceso de sal.
El plan debe ser personalizado, flexible y acompañado de seguimiento periódico por un/a dietista-nutricionista titulado/a.
2. Aumento de la actividad física
El ejercicio regular favorece la pérdida de peso y mejora la salud cardiovascular, el control glucémico y el estado de ánimo.
La OMS recomienda al menos 150-300 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada o intensa, combinada con ejercicios de fuerza para preservar la masa muscular.
3. Modificación de hábitos de vida
La obesidad suele estar relacionada con malos hábitos de sueño, estrés crónico y conductas sedentarias.
Por ello, se trabaja en:
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Mejorar la calidad y cantidad del sueño.
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Reducir el estrés mediante técnicas de relajación y organización de horarios.
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Limitar el tiempo frente a pantallas y promover más movimiento en la rutina diaria.
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Evitar el consumo de tabaco y alcohol.
4. Apoyo psicológico
El acompañamiento de un psicólogo especializado en trastornos de la conducta alimentaria es fundamental para muchas personas. Este apoyo ayuda a:
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Gestionar la ansiedad y el hambre emocional.
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Mejorar la autoestima y la motivación.
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Prevenir trastornos alimentarios que puedan aparecer durante el tratamiento.
5. Tratamientos médicos
Cuando los cambios de hábitos no logran los resultados deseados, un médico especialista puede considerar el uso de fármacos antiobesidad.
Su prescripción debe ser siempre supervisada por profesionales de la salud y adaptada a las características y patologías del paciente.
6. Tratamientos endoscópicos o quirúrgicos
En casos de obesidad severa o mórbida (IMC ≥ 40, o ≥ 35 con comorbilidades), los especialistas pueden indicar procedimientos endoscópicos (como el balón intragástrico) o cirugía bariátrica.
Estas opciones no sustituyen los cambios de estilo de vida: requieren un seguimiento estricto, apoyo nutricional y control médico constante.
Dietas restrictivas: riesgos y mitos
El 70 % de los pacientes con obesidad ha probado alguna “dieta milagro” sin supervisión profesional, lo que puede derivar en efectos rebote, déficit nutricional y problemas de salud.
Evita:
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Dietas que prometen bajadas de peso rápidas.
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Productos que sustituyen comidas principales (batidos détox, barritas, pastillas).
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Ayunos intermitentes sin control profesional.
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Restricciones injustificadas de alimentos saludables (como plátano, arroz, calabaza).
Recuerda que una pérdida de peso gradual (0,5 a 1 kg por semana) es más segura y sostenible.
Prevención: la mejor herramienta
La prevención del sobrepeso y la obesidad comienza con:
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Educación alimentaria temprana.
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Establecimiento de hábitos saludables en familia.
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Promoción de la actividad física diaria.
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Acceso a alimentos frescos y saludables.
Las políticas públicas de salud también cumplen un rol clave: entornos escolares saludables, campañas contra el sedentarismo y regulación de la publicidad de alimentos ultraprocesados.
Conclusión
La obesidad es una enfermedad crónica y multifactorial, pero puede prevenirse y tratarse eficazmente con un enfoque integral que incluya alimentación equilibrada, actividad física, apoyo psicológico y, cuando sea necesario, acompañamiento médico especializado.
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